08 de julio de 2008

    Ponentes en Defensa del Petróleo y la Soberanía Nacional

  • Lic. Manuel Camacho Solís (ponencia)
  • Lic. Manuel Camacho Solís (2da intervención)
  • Lic. Manuel Camacho Solís (respuestas)
  • Ing. Gonzalo Martínez Corbalá
  • Sen. Pablo Gómez (intervención)


  • Ponentes en apoyo a las reformas de Calderón

  • Mario Gabriel Budebo
  • Roberto Danel Díaz

Videos

  • Entrevista al Lic. Manuel Camacho Solís
  • Entrevista al Ing. Gonzalo Martínez Corbalá

miércoles, 9 de julio de 2008

AN: críticas a Beltrones no ayudan al debate petrolero

Francisco Reséndiz
El Universal

El líder de los senadores del PAN, Gustavo E. Madero Muñoz, dejó claro que las posiciones de Manuel Espino contra el coordinador de los senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, no ayudan a lograr un clima propicio para el debate energético.

Además, sostuvo que la postura del ex líder nacional del PAN contra el presidente Felipe Calderón —deslizada en su libro Señal de alerta, del que EL UNIVERSAL publicó varios extractos el lunes— no es algo que contribuya a fortalecer la unidad del blanquiazul. Puntualizó:

“Yo creo que está trabajando más bien desde la ODCA, esa es su trinchera, está tratando de establecer algún posicionamiento externo para trabajar en su agenda, pero no es algo que en este momento esté contribuyendo a fortalecer la unidad del PAN y el diálogo entre el PAN con los otros grupos parlamentarios. Lo que menos necesitamos ahorita es meterle ruido a esta relación, meterle variable ajenas que pueden entorpecer el entendimiento.”

Consideró que se debe abonar al entendimiento, a la comunicación y “no a la descalificación de los actores políticos. Todos los actores políticos representados en el Congreso tienen una legitimidad y con todos hay que tener diálogo, una comprensión y una negociación”, dijo.

Sobre las afirmaciones de Espino, en el sentido de que el senador Beltrones tiene tanto poder como el Presidente de la República, el legislador consideró que se está “sobredimensionando y personalizando” su relación.

Ayer, en breve entrevista antes del inicio del foro en torno a la reforma energética que continuó en el Senado, hizo notar que se debe reconocer que el PAN tiene 40%; mientras que el PRI y el PRD son dos fuerzas políticas “que andan en 25%”.

Llamó al panismo a cerrar filas en torno del presidente Calderón para que la reforma energética salga “lo mejor posible”; tenemos —agregó— que ser generosos, humildes y poner cada quien nuestro granito de arena y ser albañiles en la construcción de acuerdos.

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Astillas

Cuauhtémoc Cárdenas continúa con el proceso de asumirse como lopezobradorista (cada vez menos) de clóset: ayer, en la Universidad Autónoma Metropolitana, parecía hablar en desconocida lengua olmeca tardía, con llamados enérgicos a la movilización popular contra la privatización petrolera, críticas al gobierno calderónico por actuar conforme a órdenes de organismos financieros internacionales y valoración de acciones enérgicas en el tiempo más corto posible. De aprobarse esa privatización, dijo Cuandrés, en el país se podrían presentar “situaciones traumáticas”. Tales palabras podrían ser escalones para subir a templetes zocaleros de reconciliación prelectoral… La Jornada. Julio Hernández.

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Fundamentalismo panista

Sin hacer concesión alguna a las pesadas razones esgrimidas durante el debate petrolero, tanto el gobierno federal como sus partidarios se han topado, de frente, con una imagen contraria a sus afanes. Los panistas muestran, sin recato, las carencias y torpes despliegues argumentativos que ya los describen de cuerpo entero ante la ciudadanía. Con enorme menosprecio de la cerrada oposición nacionalista, el PAN, en voz de sus dirigentes coléricos, se lanzan a catalizar sus fundamentalismos torpemente revestidos de modernidad. En realidad, sus pulsiones íntimas son autoritarias aunque, en su discurso, las trastocan en lo que, sostienen, es una misión a futuro a la cual, sin embargo, pocos les creen. No darán un paso lateral, menos aún iniciarán un ingenioso o táctico retroceso. Irán, directo, a conseguir unos cuantos votos priístas para aprobar, tal como las enviaron al Congreso, sus reformas a Pemex. Martínez, el acólito mayor panista, tonsurado desde su prometedora infancia, se erige a sí mismo como un demandante de groseras voluntades afines, envueltas en el celofán, ya muy gastado, de un bien común por completo divorciado del pueblo raso. Enroscados en su cofradía de seguidores apenas distinguen los rechazos que se les avecinan. Inauguran, sin dejos de titubeo, el propósito, altisonante, de conquistar las simpatías populares. Cuentan, antes que toda oferta atractiva o solidaria con las penas y esperanzas del electorado, con el aparato y los programas de la Secretaría de Desarrollo Social. Sin ella, la profundidad de la derrota panista sería catastrófica.

La creciente discrecionalidad electoral y el control impune de los gobernadores priístas, aliados en la contienda federal pasada, tampoco respaldarán ahora sus anhelos de triunfo. Ni siquiera la intentona de posponer el incremento de las gasolinas para granjearse apoyos parece una salida factible, a pesar del costo inmenso para la tesorería federal o para los excedentes de Pemex.

Seguirán adelante con la ruta crítica marcada desde que enviaron sus tristemente célebres reformas petroleras. Los compromisos adquiridos con los grupos de presión los impelen a cumplir, de inmediato, con los ofrecimientos pactados. Lo que ha sucedido en las discusiones en el Senado les tiene sin mayor cuidado; son obstáculos circunstanciales, dicen con inseguro desparpajo. Por eso urgen a los priístas a legislar de inmediato. Por eso Calderón, el presidente del oficialismo extraviado, los presiona con sus pujas y reclamos intrascendentes. Por ello el director de Pemex asegura, desde España, que nunca tales reformas de Pemex (la entreguista y privatizadora, claro está) estuvieron más cerca (¿de quién?)

Pero en la sociedad amplia de los mexicanos algo se mueve. Y ese algo no corre en la dirección deseada por el panismo. Tampoco parece favorable para sus acompañantes priístas, por más que las encuestas les revelen intenciones de voto disponibles para sus candidatos. Por más seguridades que encuentren entre los columneros, conductores radiotelevisivos y demás bongoseros interesados en sus favores y atención.

Desde las entrañas de la reciente historia nacional comienza a surgir una mezcla extraña de decoro y pasión por defender lo que a todos pertenece, un movimiento que los panistas ningunean y los priístas tratan de ignorar sin conseguirlo. Saben, los priístas, que mucho de ese sentimiento late en sus bases de apoyo, a pesar de las muchas traiciones y olvidos.

Aunque panistas y priístas lo disfracen de negociación, de no entrega al extranjero, de negativa privatizadora, la verdad saldrá a flote aun antes de las aprobaciones inminentes, antes de la selección de sus candidatos y antes de las elecciones de 2009. La crisis económica en proceso ayudará a desempolvar los corajes sedimentados desde los violentos despojos electorales de 2006.

Los mitos diseñados por el oficialismo para ocultar, para camuflar sus intenciones privatizadoras y entreguistas de la industria petrolera se han derrumbado de manera estrepitosa. Nada queda de su flamante diseño propagandístico. El tesorito escondido en las aguas profundas se ahogó en las balbuceantes imágenes infantiles que difundieron con inusitada intensidad. La tecnología no dominada quedó estancada en el pasado efectivo de los petroleros mexicanos. La carencia de recursos resultó un grotesco pretexto, increíble hasta para el más lerdo financiero. Las alianzas obligadas con trasnacionales se estrellaron con los catálogos de tecnologías disponibles en la red. El célebre popote no chupó ni una gota de su propio chapopote.

Las promesas de transformar a Pemex se enredaron en los nombramientos excluyentes y subordinados del Ejecutivo para integrar el consejo de administración. Los cambios en las reglas para adquisiciones y adjudicaciones sin concurso sólo profundizan una realidad harto conocida: la corrupción y el contratismo ya galopante en Pemex y la Comisión Federal de Electrcidad.

A la planteada pulverización de la petrolera se le sobrepuso la experiencia certificada de una industria obligadamente conectada e integral. Los contratos incentivados royeron la renta petrolera aún antes de ser aceptados, indisolublemente ayuntados con los de riesgo, ya estigmatizados por la Constitución. Las refinerías maquiladoras no fueron aceptadas ni por sus aliados del PRI. En fin, el catálogo completo de sus patrañas escurre sangre por las numerosas heridas que la sociedad informada y la oposición les abrió.

Pero falta todavía finiquitar las malsanas intenciones del oficialismo entreguista. No se puede cantar victoria a pesar de que la razón y hasta las circunstancias son favorables para una reforma efectiva, nacionalista, realmente modernizadora de Pemex. Los intereses internos son enormes y las presiones del exterior para asegurar fuentes confiables y baratas de energía tocan las fibras más sensibles del voraz imperio.

Se debe partir de una premisa sencilla: todo pueblo, dueño de alguna riqueza, está obligado a defenderla con sus propios recursos. Si flaquea o cede, (debilitado además por sus propios negociantes trastocados en agentes del gran capital trasnacional) les será arrebatada sin miramientos. Los apañes de los ambiciosos no tienen límites, ni la miseria o la marginación más abyecta de un pueblo detendrán, por humanas consideraciones, el saqueo. Éste es el tiempo de la defensa de la industria petrolera mexicana. La trascendencia de la disputa no puede ser achicada, ni caben las medias tintas. Después, si se pierde o extravía, no habrá retorno ni una oportunidad adicional para el desarrollo nacional. La Jornada. Luis Linares Zapata

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La reforma energética, ¿constitucional o no?

Lo planteado en los artículos cuarto y sexto de la iniciativa de la ley reglamentaria del 27 constitucional, y 45 y 46 de la propuesta de nueva ley orgánica de Petróleos Mexicanos (Pemex), entre otros –aunque no lo aceptan los defensores del proyecto–, es la autorización para suscribir contratos de riesgo por asignación directa, e incluso confidencial, con remuneraciones discrecionales e incentivos, o condicionados a la generación de ingresos para cubrir los costos del proyecto; o sea, un mecanismo para compartir la renta petrolera. Si no son contratos de riesgo los que proponen, ¿nos estaban engañando cuando nos decían que no había otra forma de obtener la tecnología que compartiendo los resultados?, ¿o nos engañan ahora al decirnos que no hay en la iniciativa contratos de riesgo y los están disfrazando?

La verdad es que nos engañaron antes con la amenaza y nos quieren engañar ahora con el disfraz. Sí se puede contratar la tecnología sin compartir una sola molécula del hidrocarburo, y sí hay contratos de riesgo en las iniciativas.

El documento del Banco Mundial titulado Creando las bases para el crecimiento equitativo de México, 2006-2012, entregado a nuestro gobierno antes del envío de las iniciativas al Senado, dice en lo relativo a energía que “aunque la condición de Pemex como monopolio de Estado está garantizada en la Constitución, sería necesario encontrar alguna forma de asociarse con otras compañías para realizar actividades de exploración que eviten problemas de seguridad energética a futuro y que generen incentivos al trabajo eficiente en el sector. Petróleos Mexicanos carece de recursos técnicos y financieros para realizar actividades de exploración más intensas”.

El falso dilema de que no tenemos ni el dinero ni la tecnología, y por tanto debemos “ir acompañados” entregando parte de la riqueza nacional, tiene su origen, como se ve, en las oficinas del Banco Mundial y en las reflexiones de los analistas pagados para establecer el plan estratégico de los dueños del organismo internacional y garantizar la seguridad energética de los mayores consumidores de petróleo del mundo.

Demasiada coincidencia entre la propuesta del banco y las iniciativas presidenciales. Qué lamentable que estén tan cerca de las recomendaciones del Banco Mundial y tan lejos de los Sentimientos de la nación.

La propuesta no es ningún invento original; en 1992, sin modificar la Constitución y mediante leyes secundarias, se abrió indebidamente la generación de energía eléctrica para servicio público y hoy 30 por ciento de ésta, área de exclusividad del Estado, la hace el sector privado extranjero en un negocio sin riesgo, que ha dejado pingües ganancias a varias empresas trasnacionales y que no se ha reflejado en ningún beneficio para los ciudadanos.

Se usó la misma metodología: no tocar la Constitución ni con el pétalo de una rosa y darle la vuelta para obtener lo que se persigue.

La maquila de gasolinas en refinerías del sector privado es la versión petrolera de los generadores independientes de energía eléctrica.

Así se “fortaleció” a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con los mismos argumentos de que no se privatizaba, que no se vendería un solo tornillo de la paraestatal, luego de amenazarnos, como hoy con el petróleo, de que en pocos años nos faltaría la electricidad si no se aceptaba la modificación.

Evidente y preocupante semejanza entre nuestra reciente historia eléctrica y nuestras perspectivas petroleras.

En 1993, ya aprobada la mencionada Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, oí en un programa de televisión de Nino Canún una amplia discusión sobre el tema, en la que el licenciado Felipe Calderón, entonces diputado por Acción Nacional, tuvo una participación razonada e informada, al final de la cual concluyó: “yo estoy totalmente de acuerdo con el objetivo de permitir a la iniciativa privada su participación en la generación de energía eléctrica, pero estoy plenamente consciente de que la ley aprobada es anticonstitucional”. Se quiere repetir la hazaña: “fortalecer a Pemex sin privatizarlo”, pero dejando al sector privado nacional o extranjero la propiedad de ductos y refinerías, y la entrada a la importación y venta de gasolinas y dándole contratos “de riesgo” para la exploración y la explotación de nuestro petróleo.

Durante los debates, los constitucionalistas que han argumentado la inconstitucionalidad de las iniciativas, lo han hecho tajantemente; quienes las han defendido han expresado mayoritariamente la conveniencia de revisar la redacción, para que no tengan dificultades en la Suprema Corte de Justicia, ante una posible controversia constitucional. “A buen entendedor…”

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Elude el PAN responder a propuesta del FAP de construir acuerdo sobre Pemex

Los grupos parlamentarios del Partido Acción Nacional (PAN) en las cámaras de Senadores y de Diputados eludieron aceptar la propuesta directa presentada por el Frente Amplio Progresista (FAP), por conducto de Manuel Camacho Solís, de construir un acuerdo nacional acerca de Petróleos Mexicanos (Pemex), y ante las insistentes críticas de los panistas a la consulta ciudadana, el ex regente capitalino los conminó a que si honestamente están en favor de ese ejercicio, lo respalden. “Si ustedes honestamente están en favor, apoyen esta propuesta y nosotros paramos la consulta del 27. Pero si ustedes ganan la consulta tendrían la autoridad moral y el capital político para que el FAP, el Movimiento en Defensa del Petróleo y Andrés Manuel López Obrador no tengan argumentos para no aceptar los trabajos en ambas cámaras.”

Sin embargo, los panistas evitaron comprometerse y argumentaron que el tema del foro de ayer en la Cámara de Senadores era la Organización y administración de Pemex, aun cuando ellos introdujeron el tema de la consulta este martes.

El diputado panista Juan José Rodríguez Prats aseguró en ese punto que, como regente del Distrito Federal, Manuel Camacho se negó a llevar a cabo un referendo para que la ciudad de México se convirtiera en el estado 32 de la Federación.

Así, la fase del debate posterior a la lectura de posturas se centró en la consulta que realizarán el gobierno capitalino y algunos gobiernos estatales surgidos del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

El senador panista Rubén Camarillo descalificó la realización de ese ejercicio con el argumento de que si el PRD no ha podido resolver la elección de dirigente nacional del 16 de marzo pasado, “no tiene autoridad moral para (hacer) la consulta”.

Asimismo, el legislador del PAN aseguró que la campaña de la administración de Marcelo Ebrard y el Instituto Electoral del Distrito Federal, que se realiza mediante volantes y publicidad fija en calles y en el Metro, es de “una absoluta falta de decoro en los contenidos”, además de que se trata de “un proceso partidizado”.

Con ironía, el senador del PRD Graco Ramírez reviró: “ustedes ni elecciones hacen; les nombran a sus dirigentes, ni cuenta se dan de que ya les cambiaron a su coordinador. Se duermen con uno, se levantan con otro, digo, con la noticia”.

Las críticas de los panistas se centraron en la figura de Camacho Solís y en su pasado como funcionario durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Rodríguez Prats recordó que Camacho formó parte del equipo que incorporó reformas a la Constitución para modificar el esquema de la petroquímica básica, así como para permitir figuras de inversión privada, y sostuvo que además, como regente, “solapó al sindicato de Ruta 100”.

“Usted participó en los gobiernos que más privatizaciones hicieron: el de Miguel de la Madrid y el de Carlos Salinas”, insistió Rodríguez Prats.

Incluso, ante el discurso que previamente presentó Camacho Solís, el diputado panista afirmó que la crisis de Pemex no tiene su origen en el gobierno de Vicente Fox sino en el de José López Portillo, “cuando se dijo que se administraría la abundancia y el petróleo se utilizó como palanca para pedir prestado a todo mundo”.

En respuesta, Camacho aseguró que la postura de Acción Nacional asumida ayer se debe a que el probable resultado de la consulta es claramente “adverso” a las iniciativas que presentó el presidente Felipe Calderón para modernizar Pemex.

Además, señaló, “yo no vine a discutir mi biografía, sino a presentar una propuesta de un acuerdo amplio para rescatar a Pemex. Pero veo que cuando hay una iniciativa se ponen nerviosos. Y lo único que hacen es descalificar a quien hace la propuesta. Se dice que no tenemos iniciativas. Pero venimos y proponemos la posibilidad de un diálogo político serio y ustedes cómo reaccionan”.

Enseguida, el ex comisionado para la Paz en Chiapas preguntó al legislador Rubén Camarillo: “Con toda sinceridad, senador, si ustedes supieran que en un referendo real tuvieran ganadas las preguntas, ¿no irían a esa consulta? Usted dice que está en favor de la consulta, pero que no la haga el FAP. No la hará el PRD, sino un comité ciudadano. Si ustedes honestamente están en favor, apóyenla y paramos la consulta del (día) 27, pero no jueguen con el doble lenguaje de ‘quiero consultar’ y hacer todo lo que se necesita para no hacerlo.”

Camacho insistió en que el Presidente y la Cámara de Senadores tienen facultades para convocar a una consulta, pero no lo hacen porque tienen temor a la opinión ciudadana, “y porque saben que tienen perdido este ejercicio, porque se equivocaron en la estrategia y porque el asunto de (Juan Camilo) Mouriño rompió el ritmo que traían de la iniciativa”.

En ese sentido, solicitó a los panistas “un momento de honestidad con la sociedad y la nación. Voten, levanten la mano, seamos auténticos. Si decimos sí a la consulta, ¿ustedes creen que habrá en el Senado quien diga que no? A menos que tengan que pedir línea”.

Una vez que Camacho Solís aseguró que él siempre ha cumplido sus acuerdos, Rodríguez Prats afirmó que nadie puede creer que Andrés Manuel López Obrador pueda cumplir su palabra. “Con las mentiras de López Obrador se podría escribir una enciclopedia más grande que la Británica; él y yo firmamos un acuerdo para elegir un candidato en Tabasco y se vino al Distrito Federal a competir por la jefatura de Gobierno. Dígale de mi parte que es un mentiroso.”

Mayor sujeción al gobierno

Durante la reunión en el patio central de la casona de Xicoténcatl, el senador perredista Pablo Gómez y el diputado priísta Ascención Orihuela consideraron que las propuestas de reforma planteadas por la iniciativa presidencial acerca del control orgánico de Pemex lo sujeta aún más a la férula del gobierno federal.

Orihuela inclusive aseguró que se quiere imponer un “poder paralelo” mediante la figura de los consejeros externos. La Jornada Ciro Pérez S. y Enrique Méndez

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Gracias Por Tu Visita .... Pemex No Se Vende!!!!!